Cómo controlar la agresividad en tu gato

Logra tener un gato bien educado

Lo que vemos como adorable cuando son gatitos se puede convertir en pesadilla al llegar a adulto. Edúcalo desde pequeño. Foto: Gisela Thiedemann

Entrenar a tu gato y transformarlo en uno de comportamiento adecuado requiere primero que nada que aprendas dos lecciones importantes en lenguaje felino:

• Tu gato jamás hará algo que no quiere hacer: No importa cuántas veces trates de llamarlo esperando que responda corriendo feliz hacia ti, tu gato no hace lo que le dicen, es parte de su instinto independiente. Para que se adapte a tu vida, debes llenarte de paciencia y encontrarse en un punto medio.

• El gato siempre quiere saber qué gana con obedecer: Ya sea un cariñito o un bocadito, el minino necesita remuneración por su esfuerzo.

Ahora bien, suena narcisista y egoísta de su parte pero no lo tomes a mal, es parte de su comportamiento gatuno. No quiere decir que no te quiera ni que prefiera estar solo a acurrucarse en tu falda, es que hay que aprender que el gato no es perro y demuestra su cariño de forma diferente. Igual sucede con su agresividad.

Pasos para controlar la agresividad:

• Asegúrate que no sea un problema médico: El primer paso antes de comenzar a entrenarlo es tomar nota sobre su comportamiento. Quizás lo que parece ser agresividad en realidad es síntoma de alguna enfermedad.

• SER CONSTANTE: Para aprender a controlar su instinto agresivo necesitas ser constante en tu entrenamiento. Si tu gato nota que un día le dices ¡NO! al treparse a la mesa pero al día siguiente te haces el ciego y lo dejas, jamás aprenderá a comportarse como quieres.

Recuerda que el gato es amante de la rutina, si mantienes la rutina de regañarlo al cometer la misma acción con el tiempo lo entenderá.

• Nunca seas violento con tu gato: El gato no asocia violencia física con disciplina. El golpearlo sólo lo llevará al estrés y a evitar estar alrededor tuyo.

• Juega defensa: Convierte tu casa en un campo de guerra… por un tiempo. Suena dramático pero funciona. Si logras tapar o cambiar esas áreas que tu gato prefiere y las conviertes en lugares desagradables, el minino cambiará de opinión. Por ejemplo:

• Cubre los muebles: Utiliza plástico, papel de aluminio o hasta tiras de cinta adhesiva por ambos lados para cubrir los muebles. Todas son superficies desagradables para tu gato y luego de tratar de acomodarse en semejante pegamento, entenderá el mensaje.

• Asústalo en el acto: El gato no entiende (o no quiere entender) cuando lo regañas luego de que se baja de la mesa. El momento de hacerlo entender es cuando está trepado en la mesa y lo asustas in fraganti. Para esto las botellas para rociar agua son muy efectivas. Si no quieres lidiar con el agua, puedes colocar monedas en un envase de cristal y agítala cuando veas al gato comportándose de manera inadecuada. Trata de que el gato no te vea, así asociará a la mesa con el ruido o el chorro de agua y aprenderá la lección.

• Ponle tabasco: Para evitar que se coma tus plantas, coloca unas gotitas de tabasco en las hojas. El sentido del olfato en tu gato es tan agudo que no se atreverá a acercarse a la misma.

• Cada situación debe tener su sustituto: Con el entrenamiento seguramente dejará de raspar el sofá pero ten presente que raspar sus uñas es parte de su instinto felino. Lo necesitan para marcar su territorio y eliminar capas de uña muerta.

Por esto es importante que para cada uno de los entrenamientos tengas una alternativa positiva como:

• postes rascadores en lugares estratégicos de la casa

• superficies para brincar cerca de las ventanas para que pueda sentarse a observar el mundo desde otro lugar que no sea tu mesa del comedor

• su propio jardín con hierbas para comer como catnip

¿Y si mi gato no se tranquiliza?

Puede que tu gato sea más sensible y no responda positivamente a tu entrenamiento. Llévalo al veterinario y explícale la situación. El te puede dar soluciones o recomendar hasta tratamiento con especialistas en comportamiento gatuno.

Si todavía sientes que puedes ayudarlo en casa, aquí otras alternativas:

• De vuelta al comienzo: Una alternativa es volverlo a entrenar como si acabase de llegar a tu casa. Créale un cuarto o área en la casa que sea sola para él. Trae su caja de arena, su comida y agua y déjalo tranquilo. Aunque no lo parezca, los gatos padecen de estrés y transmiten su sentimiento con agresividad. Dejarlo encerrado en su área le dará tranquilidad. Cuando él te lo pida llévalo poco a poco por la casa, un cuarto a la vez.

• Esa silla nueva le causa estrés: Camina por tu casa y toma nota de algún cambio en ella. Puede ser algo tan mínimo como una planta nueva o la reorganización de tus muebles de sala. Lo que para nosotros es algo divertido y nuevo, para tu gato es un cambio en su querida rutina y no lo ve con buenos ojos. Déjalo que se acostumbre al mismo poco a poco.

• Un cariñito alivia la situación: Obviamente no cuando se porte mal, pero si ves cambios positivos en su comportamiento, déjalo saber. Tu gato se sentirá más tranquilo sabiendo que estás feliz con él.